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Vivir libre es…

Las personas inteligentes emocionales y las relaciones de vida en general.
Cuando tú eres una persona inteligente emocional, sabes que las parejas siempre son parejas y no buscarás ser el centro de la vida de nadie más, como cuando te relacionabas de manera codependiente, porque tu coeficiente emocional te permite elegir estar el centro de tu vida porque ésta gira en torno ti mismo.
De esta forma, viviendo libre, es decir, conscientes de que somos lo que son nuestras elecciones y asumiendo precio de las consecuencias, seremos invulnerables a los argumentos culpígenos de nuestro entorno, así sean personas que amamos no nos tragamos culpas, y nos dejamos manipular ni chantajear. Simplemente, asumimos responsabilidades… Entendemos que no nos alcanzó para hacerlo diferente en el pasado y nos comprometemos a hacerlo diferente en el futuro.
Quienes vivimos libres, cuestionamos, analizamos, aprendemos de los errores, intentamos encontrar nuevas alternativas y buscamos nuevos caminos. No nos conformamos, avanzamos y entendemos que, al elevar el coeficiente emocional, dejamos de depender de que otro nos acompañe por la vida. Sabemos que tuvimos una vida antes de esa persona y que la seguiremos teniendo una vez que esa persona se haya ido.

Cuando vivimos libres, ya no buscamos en nuestras parejas, nuestros hijos o nuestras relaciones de vida en general a quien seguir, ya no buscamos a quien nos resuelva la vida, ni a quien rescatar.  No queremos controlar ni marcarle el andar a ninguno, sino solo caminar de la mano.
Entendemos que una vida basada en principios que reconocemos como inalienables, donde las relaciones nutricias y funcionales son un derecho y se construyen, y no un privilegio, lujo o azarosamente “la buena suerte de algunos”.
Quienes vivimos libres sabemos que somos absolutamente responsables para elegir expresar nuestro enojo, tristeza, alegría y miedo por igual, porque sabemos que la expresión de estos sentimientos no significa debilidad ni vulnerabilidad, sino fortaleza, sensibilidad y por tanto; humanidad.
Quienes vivimos libres sabemos el precio que hemos pagado por serlo. Por aprender a perdonarnos y a perdonar, y elegimos no ser más las víctimas, sino sobrevivientes resilientes. No trates de engancharnos en discusiones porque sabemos que si no es ganar-ganar, siempre podemos elegir que no haya juego.
Las mujeres y los hombres que viven libres somos conscientes de que nuestro valor como personas no radica en lo que parecemos ser, sino en lo que somos. No permanecemos al lado de quienes nos juzguen de acuerdo a estos parámetros. Sabemos que un coeficiente corporal elevado se relaciona mucho más con nuestra salud y bienestar, que con nuestra edad, estatura, volumen, conducta sexual, medidas o kilos, y no nos permitimos ser violentados por esto.
Así que, antes de abrir la boca para decir que deseas a una mujer o a un hombre inteligente emocional en tu vida, pregúntate si tú realmente estás preparado o preparada para ello.
Básicamente, vivir libre no es más que ser conscientes de nuestras elecciones y asumir las consecuencias.
Gabriela Torres de Moroso Bussetti®
Ciudad de México, junio 2017
www.vivirlibre.org

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