La
decisión de separarte o dar término a la relación puede confrontarte a ti mismo
con tus paradigmas más profundos y escuchados desde niño: “El verdadero amor es
para siempre”, “si realmente amas a tu pareja y a tus hijos no les haces eso”, “los
hijos sufren mucho con el divorcio y nunca se recuperarán”. Pero si ese es tu caso, es hora de meter
paradigmas nuevos al equipaje que ocuparás en este viaje y sé honesto al
preguntarte a ti mismo si te gustaría que uno de tus hijos se quedara en una
relación como la que tú tienes ahora a pesar de que sea profundamente infeliz.
Encontrarás la respuesta que necesitas. Este tipo de cuestionamientos te hará
basarte en principios siempre. Y quien se basa en principios, hace lo correcto
y no sólo lo que “está bien”. Quedarse en una relación por lo que las normas
sociales nos imponen está bien, pero no quedarse al lado de quien no amas más o
nunca has amado es lo correcto.
Y debo
aclarar que aún y estés actuando basándote en principios éticos y morales, la
culpa es parte del inicio de este camino. Otro ingrediente es el enojo. Porque
quizá por un gran periodo anterior te sentiste humillado, rechazado o no valorado
por tu pareja y eso causa mucho enojo. Un enojo que quizá nunca reconociste
pero que ahora sientes y que te provoca mucho resentimiento.
Pero es
justo en este punto del camino donde te das cuenta que tienes dos opciones:
Volver a evadir y buscar a-costa-de-lo-que-sea
iniciar una nueva relación desperdiciando nuevamente la oportunidad de hacer
duelo y aprender a encontrar la ganancia de esta nueva pérdida o bien usarlo
como motivación para conocerte a ti mismo(a), qué quieres y cómo pagar los
precios para conseguirlo.
Pero
como siempre digo en mis talleres: Tú eres lo que son tus elecciones. Y al leer
este libro ya estás eligiendo lo correcto.
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas hacer algún comentario, por favor visita mi página en Facebook: http://www.facebook.com/codependencia