Ir al contenido principal

APRENDER A VIVIR LIBRES DE CODEPENDENCIA

Porque cuando sufrimos por amar, necesitamos aprender a vivir libres.
Porque cuando nuestra vida se centra en el otro, necesitamos aprender a vivir libres.
Porque cuando dejamos de depender de una relación para pasar a depender de un grupo de 12 pasos, o de un psicoterapeuta, necesitamos aprender a vivir libres.
Porque cuando buscamos ayuda sólo buscamos  cómo aprender a ayudar a otros, necesitamos aprender a vivir libres.
Porque cuando nos negamos a ver lo evidente y aceptamos lo inaceptable, necesitamos aprender a vivir libres.
Porque cuando dejamos de vernos a nosotros mismos y pretendemos que el otro nos diga cómo somos necesitamos aprender a vivir libres.
Porque muchos creemos que estamos así y no podremos sobrevivir si dejamos a esa pareja. Vivimos creyendo que estamos “atrapados” y no podremos dejar de estarlo (o al menos no sin perecer en el intento). ¿Pero porqué?
Porque necesitamos aprender a vivir de una forma diferente. Necesitamos aprender a vivir libres.
¿Y por qué, si hemos aprendido tantas cosas a lo largo de años, no hemos aprendido a amar educadamente desde niños?
Básicamente, debido a que nuestros padres, abuelos, y los padres y abuelos de nuestros amigos, primos y conocidos o cualquiera de las combinaciones que surjan de esto no han aprendido a hacerlo y creemos que si no lo hacen, es porque no se puede. Porque hemos creído que nuestra forma de relacionarnos con el mundo es la normal. Y es así.
Pero como digo en mis talleres, cursos y conferencias: Lo normal no es lo sano, sino lo que más existe o es más frecuente en una población determinada; así como lo anormal no es lo enfermo, sino lo que es muy infrecuentemente en una población determinada.  Pero nuevamente nos hemos equivocado, pues esto no es una cuestión de estadística, sino de elecciones. De elecciones porque nosotros podríamos elegir aprender a relacionarnos de una manera más efectiva con el mundo y no lo hacemos.
Este libro es fruto de años de investigación como profesional de la salud mental y emocional atendiendo a personas que se relacionan mal con ellas mismas y con el mundo. Una labor que me ha hecho muy consciente de que expandir ese pequeño espacio “entre el estímulo y la respuesta” es la base de una vida feliz. Y que el tamaño de ese espacio es responsabilidad exclusiva de qué tan grande o pequeño lo desee su dueño. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pender y depender...

Ahora voy a permitirme hacer uso de las brillantes conclusiones de mi gran maestro Jorge Bucay, quien -entre tanto que se ha escrito sobre el tema- me parece es quien lo expone mejor sin duda. Muy inteligentemente, el maestro expone primero, lo primero: La etimología de esta sabia palabra. Las siguientes definiciones son según el website de wordreference (http://www.wordreference.com/): Pender ·          intr. Estar colgada o suspendida una cosa: las frutas penden de las ramas. ·          Estar algo en espera de solución. ·          Existir un peligro o amenaza sobre alguien o algo: la amenaza de un tifón pende sobre su ciudad. Depender ·          Estar conexo o condicionado por algo para existir o tener lugar: el desarrollo de la planta depende de varios factores. ·          Estar subordinado a algo o alguien: su cargo depende directamente del ministro. ·          Necesitar de la ayuda y protección de otra persona o de otra cosa: depende demasiado de su madre

La historia de Bolillo

Una vez, tiempo atrás, existió un perro llamado Bolillo. Por azares de la vida, Bolillo tuvo que enfrentar muchos problemas en los que se sentía perdido. Creía que nadie podía entender lo que le pasaba y que nadie había sufrido como él. No lograba encontrar la salida. Ni siquiera un alivio a todo el sufrimiento que le aquejaba. Bolillo no encontraba en donde encajar. Le parecía que la vida era injusta con él, porque lo había metido en problemas. Nunca recibió herramientas o ideas útiles para salir adelante. Creía que no había nadie con los mismos problemas.  Se sentía el más desdichado de todos los perros. Se sentía un perro sólo, entre un millón de perros.  Nadie lo escuchaba.  Esta era la vida de Bolillo. Un día iba caminando Bolillo por la calle, pensando en todos sus problemas, cuando al pasar observó que había muchos perros reunidos, hablando de problemas que se asemejaban a los de él. Esto llamó su atención y se quedó, desde fuera, escuchando todo lo que ahí se hablaba. Y a

El último e-mail a mi ex pareja…

El último e-mail a mi ex pareja… “Hola. Después de 6 meses en los que juré no volver a hablarte o escribirte aquí me encuentro escribiéndote este e-mail y dándome cuenta que aún me tiembla el pulso al pensar en ti. Pero el motivo de este e-mail no es el mismo que el de tantos otros que te escribí durante nuestra relación. No te escribo para decir que aún te amo ni para decir todo el rencor que siento por ti, porque sinceramente ya no siento nada de eso. Quiero expresarte lo que sentí al cruzarme contigo en la calle hace un par de semanas, después de 6 meses de haber terminado contigo porque tú así lo elegiste. ¡Al mirarte a los ojos aquel instante me quedé helad@! Y solo se me cruzó por la cabeza una palabra... ¡Gracias!!! ¡¡¡ Gracias por haberme ayudado a ser est@ que soy ahora!!! Y por ello te escribo este último e-mail. ¡Gracias! Por haberme hecho más segur@, más inteligente, más sensible, y menos ignorante en el aspecto emocional. ¡Gracias! Por haberme enseñado que