EL
VIOLINISTA
(Autor
desconocido, adaptación de Gabriela Torres de Moroso Bussetti)
Esta historia es sobre un hombre que reflejaba en su forma de
vestir la derrota, y en su forma de actuar la mediocridad total.
Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria. Este
hombre, sucio, maloliente, tocaba un viejo violín.
Frente a él y sobre el
suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición y le arrojaran
algunas monedas para llevar a casa.
El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era del todo
imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento, y a la forma
displicente y aburrida con que tocaba ese violín.
Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía
de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical.
Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes.
Y no pudieron menos que reír de buena gana.
La esposa le pidió, al concertista, que tocara algo. El hombre
echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo, y
decidió hacer algo.
Le solicitó el violín. Y el mendigo musical se lo prestó con
cierto recelo.
Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas.
Y entonces, vigorosamente y con gran maestría arrancó una melodía
fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los
transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado
espectáculo.
Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal
acudió también y pronto había una pequeña multitud escuchando arrobada el
extraño concierto.
La boina se llenó no solamente de monedas, sino de muchos billetes
de todas las denominaciones. Mientras el maestro sacaba una melodía tras otra,
con tanta alegría.
El mendigo musical estaba aún más feliz de ver lo que ocurría y no
cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos: "¡¡Ese es mi
violín!! ¡¡Ese es mi violín!!". Lo cual, por supuesto, era
rigurosamente cierto.
…La vida nos da a todos "un violín". Son nuestros
conocimientos, nuestras habilidades y nuestras actitudes. Nuestros recursos.
Nuestro equipaje. Y tenemos libertad absoluta de tocar "ese violín"
como elijamos hacerlo.
Todos tenemos LA CAPACIDAD DE ELEGIR. Junto a los principios, es
un don de nacimiento que tenemos. Y esto, claro, es tanto un maravilloso don, tanto
como una enorme responsabilidad.
Algunos, por pereza, ni siquiera afinan su violín. No perciben que
en el mundo actual hay que facultarse, aprender, desarrollar habilidades y
mejorar constantemente actitudes si hemos de ejecutar un buen concierto.
Pretenden una boina llena de dinero, y lo que entregan es una
discordante melodía que no gusta a nadie y por la que nadie paga.
Esa es la gente que hace su trabajo de la forma: "ahí se
va...", Que piensa en términos de "me vale...", y que cree que
la humanidad tiene la obligación de retribuirle su pésima ejecución, cubriendo
sus necesidades.
Es la gente que piensa solamente en sus derechos, pero no siente
ninguna obligación de ganárselos. Pero aplicando el principio de verdad,
por duro que pueda parecernos, es otra.
Tú y yo, y cualquier otra persona, podemos ELEGIR prender a afinar
bien ese violín y también a tocarlo con maestría.
Por eso debemos de estar dispuestos a hacer bien nuestro trabajo
diario, sea cual sea. Y aspirar siempre a prepararnos para ser capaces de
realizar otras cosas que nos gustarían. La historia está llena de ejemplos de
gente que aún con dificultades iniciales, llegó a ser un concertista con ese
violín que le dio la vida. Y también, por desgracia, registra los casos de
muchos otros, que teniendo grandes oportunidades, decidieron con ese violín,
ser mendigos musicales.
La verdad es que Dios nos concedió "libre albedrío". Tú
puedes hacer algo grande de tu vida, o hacer de ella una porquería. Esa es su
decisión personal.
LO NEGATIVO: Negarnos a afinar bien nuestro violín de la vida. Y
quejarnos de que la gente no disfrute la melodía que sacamos de él.
LO POSITIVO: Comprender que, nos guste o no, solamente
prosperaremos si afinamos bien ese violín, y aprendemos a sacar de él las
mejores melodías. Eso es tu elección.
¿Cómo tocas tu violín?
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