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La relatividad de los valores

La relatividad de los valores

En algunas ocasiones alguno de los valores puede ser puesto en tela de juicio y justificar aparentemente comportamientos incorrectos. Por ejemplo, una persona con la justificación de ser honesta divulga información privada o confidencial sobre otras personas. O un jefe en la oficina argumentando responsabilidad no permite que sus subordinados atiendan ningún asunto personal en su horario de trabajo, aun cuando este sea urgente.
En los casos anteriores el  uso de los valores no basados en principios (en los casos citados en el párrafo anterior sería dar lo que deseo recibir, el principio o ley boomerang) da resultados negativos, o están dejando de lado otros valores, o no están dando lo que desearían recibir de todas las partes involucradas.
En el primer ejemplo esta persona puede argumentar que es honesta al decir la verdad, sin embargo está faltando al respeto de la persona que le confió la información y está siendo irresponsable al revelar la información privada que pudiera tener consecuencias graves para otras personas. El jefe que prohíbe la atención de asuntos personales urgentes durante el horario de trabajo, no está considerando ningún otro aspecto de la vida que no sea el trabajo (por ejemplo la familia, los amigos, el propio empleado, etc.) con lo que está faltando al respeto de sus colaboradores.
En ningún caso estamos dando lo que deseamos recibir.
Los valores para que puedan funcionar adecuadamente deben estar sustentados en principios: Vida, Amor y Poder o Libertad de elegir. Al utilizar nuestros valores cumpliendo con estos 3 principios universales las posibilidades de éxito son mucho mayores.



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