Ir al contenido principal

LA DIFÍCIL DECISIÓN DE TERMINAR CON LA RELACIÓN...

Si tú eres quien “votó menor” o sea quien decidió terminar con la relación, es altamente probable que hayas estado pensando en “mostrar tu voto” o sea decirle al otro(a) que ya no deseabas seguir hace tiempo… intentando tener el valor para plantear la propuesta, pues sabías que ibas a generar dolor y ganar la desaprobación de tu círculo familiar y social. Seguramente “dar el paso a la izquierda” o sea dejar la relación, la casa y todo lo demás te ha llenado de dolor y de culpa además.
  Esa sensación de “estar mal” de ser “el malo o la mala”. Quizá sea una voz que nos dice que no estamos actuando de acuerdo a lo que nos han enseñado. Y esto genera culpa. Y este sentimiento funciona bien cuando funciona para ayudarte a resolver problemas, a hacer lo correcto para ti y para los demás. Y es así como estás actuando, porque si ya no amas a tu pareja, lo correcto es mostrar tu voto menor, notificando al otro(a) que ya no te alcanza para continuar en la relación y en seguida dar paso a la izquierda, es decir, terminar la relación o transformarla si tienen hijos en común.
  Pasar de pareja conyugal, la que comparte la cama y la casa, a pareja parental, que comparte hijos pero nada más.  Y deberás aceptar que aunque el rompimiento te genera culpa, es una culpa disfuncional pues sólo añade sufrimiento a lo mucho que has sufrido por estar en una relación que ya no deseas hace tiempo.  La decisión de separarte o dar término a la relación puede confrontarte a ti mismo con tus paradigmas más profundos y escuchados desde niño: “El verdadero amor es para siempre”, “si realmente amas a tu pareja y a tus hijos no les haces eso”, “los hijos sufren mucho con el divorcio y nunca se recuperarán”.  Pero si ese es tu caso, es hora de meter paradigmas nuevos al equipaje que ocuparás en este viaje y sé honesto al preguntarte a ti mismo si te gustaría que uno de tus hijos se quedara en una relación como la que tú tienes ahora a pesar de que sea profundamente infeliz. Encontrarás la respuesta que necesitas.
  Este tipo de cuestionamientos te hará basarte en principios siempre. Y quien se basa en principios, hace lo correcto y no sólo lo que “está bien”.      
  Quedarse en una relación por lo que las normas sociales nos imponen está bien, pero no quedarse al lado de quien no amas más o nunca has amado es lo correcto.
  Y debo aclarar que aún y estés actuando basándote en principios éticos y morales, la culpa es parte del inicio de este camino. Otro ingrediente es el enojo. Porque quizá por un gran periodo anterior te sentiste humillado, rechazado o no valorado por tu pareja y eso causa mucho enojo. Un enojo que quizá nunca reconociste pero que ahora sientes y que te provoca mucho resentimiento.
  Pero es justo en este punto del camino donde te das cuenta que tienes dos opciones: Volver a evadir y buscar a-costa-de-lo-que-sea iniciar una nueva relación desperdiciando nuevamente la oportunidad de hacer duelo y aprender a encontrar la ganancia de esta nueva pérdida o bien usarlo como motivación para conocerte a ti mismo(a), qué quieres y cómo pagar los precios para conseguirlo.
  Pero como siempre digo en mis talleres: Tú eres lo que son tus elecciones. Y al leer este libro ya estás eligiendo lo correcto. 
Fragmento del libro "Aprendiendo a vivir libre"
Gabriela Torres de Moroso Bussetti
Para mayor info sobre el libro: http://www.vivirlibre.org/libro

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pender y depender...

Ahora voy a permitirme hacer uso de las brillantes conclusiones de mi gran maestro Jorge Bucay, quien -entre tanto que se ha escrito sobre el tema- me parece es quien lo expone mejor sin duda. Muy inteligentemente, el maestro expone primero, lo primero: La etimología de esta sabia palabra. Las siguientes definiciones son según el website de wordreference (http://www.wordreference.com/): Pender ·          intr. Estar colgada o suspendida una cosa: las frutas penden de las ramas. ·          Estar algo en espera de solución. ·          Existir un peligro o amenaza sobre alguien o algo: la amenaza de un tifón pende sobre su ciudad. Depender ·          Estar conexo o condicionado por algo para existir o tener lugar: el desarrollo de la planta depende de varios factores. ·          Estar subordinado a algo o alguien: su cargo depende directamente del ministro. ·          Necesitar de la ayuda y protección de otra persona o de otra cosa: depende demasiado de su madre

La historia de Bolillo

Una vez, tiempo atrás, existió un perro llamado Bolillo. Por azares de la vida, Bolillo tuvo que enfrentar muchos problemas en los que se sentía perdido. Creía que nadie podía entender lo que le pasaba y que nadie había sufrido como él. No lograba encontrar la salida. Ni siquiera un alivio a todo el sufrimiento que le aquejaba. Bolillo no encontraba en donde encajar. Le parecía que la vida era injusta con él, porque lo había metido en problemas. Nunca recibió herramientas o ideas útiles para salir adelante. Creía que no había nadie con los mismos problemas.  Se sentía el más desdichado de todos los perros. Se sentía un perro sólo, entre un millón de perros.  Nadie lo escuchaba.  Esta era la vida de Bolillo. Un día iba caminando Bolillo por la calle, pensando en todos sus problemas, cuando al pasar observó que había muchos perros reunidos, hablando de problemas que se asemejaban a los de él. Esto llamó su atención y se quedó, desde fuera, escuchando todo lo que ahí se hablaba. Y a

El último e-mail a mi ex pareja…

El último e-mail a mi ex pareja… “Hola. Después de 6 meses en los que juré no volver a hablarte o escribirte aquí me encuentro escribiéndote este e-mail y dándome cuenta que aún me tiembla el pulso al pensar en ti. Pero el motivo de este e-mail no es el mismo que el de tantos otros que te escribí durante nuestra relación. No te escribo para decir que aún te amo ni para decir todo el rencor que siento por ti, porque sinceramente ya no siento nada de eso. Quiero expresarte lo que sentí al cruzarme contigo en la calle hace un par de semanas, después de 6 meses de haber terminado contigo porque tú así lo elegiste. ¡Al mirarte a los ojos aquel instante me quedé helad@! Y solo se me cruzó por la cabeza una palabra... ¡Gracias!!! ¡¡¡ Gracias por haberme ayudado a ser est@ que soy ahora!!! Y por ello te escribo este último e-mail. ¡Gracias! Por haberme hecho más segur@, más inteligente, más sensible, y menos ignorante en el aspecto emocional. ¡Gracias! Por haberme enseñado que