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Dos sanos, o dos enfermos


Hace unas páginas, escribí que co-depender, viene de co-propiedad. Lo que tú y yo poseemos. Lo que es tanto tuyo, como mío. Lo que tú padeces y que yo también padezco. Tú dependes de una cosa y yo también, aunque estas cosas de las que somos dependientes no sean una misma cosa. Y en este caso, la forma de relacionarnos con los otros tanto tuya como mía. ¿Recuerdas?
Y ¿Por quéco-dependemos?  Porque tenemos con quien hacerlo y es la única forma de relacionarnos que conocemos. Un principio psicológico reza así:
“Para que exista una pareja hace falta una de estas dos condiciones: Que esta pareja esté integrada por dos personas sanas o por dos personas enfermas.”
Yo lo modifico, y en lugar de utilizar los términos “sanos” o “enfermos” utilizo “ignorantes emocionales”  o “educados emocionales” pues los psicólogos no atendemos a enfermos sino que somos educadores, pues educamos emocionalmente a quienes atendemos.
Además, si permito que mis pacientes piensen que están “enfermos” es probable que ellos encuentren excusa para no hacer nada al respecto pues piensan que no son responsables de estar enfermos. Y nada más alejado de la verdad. Repito. No estamos enfermos.  Los dependientes no estamos enfermos.

Mi amigo César dice que la dependencia no se cura, y que sigo siendo dependiente. Y si esto es cierto -y sólo por no llevarle la contraria- entonces yo soy una dependiente que se ha educado emocionalmente y se relaciona con una pareja igual. Por tanto, Pablo (mi marido) y yo dependemos emocionalmente de forma educada. Y nos amamos profunda pero no apasionada-mente. Porque hemos aprendido a relacionarnos de esta manera inteligente y educada. Y ¿qué es aprender?

Aprender es cambiar de actitud ante el mismo estímulo


Lo maravilloso de aprender algo es que nadie puede arrebatárnoslo.
- B. B. King

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