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Ana, una psicóloga codependiente (2da parte)


Después de saludarnos breve pero muy cálidamente, ella empezó a narrar su historia:
-Llegué a tu página de vivir libre (www.vivirlibre.org) porque estoy separada de mi esposo. Tengo 2 hijos con él y una más que tuve cuando tenía 17 años. Fui madre soltera. Mi esposo es alcohólico y ya no quiere vivir conmigo. Yo no puedo tolerar que me deje después de 10 años de casados. Me siento perdida y muy sola.


Después de un breve silencio, continuó:
-Jesús me lleva 8 años. Lo conocí gracias a una amiga de la infancia que era mi vecina y que estudió la universidad con él. Nos conocimos en su boda. Pero fue 8 meses después que nos volvimos a ver y empezamos a salir. Todo iba muy bien, me salió la oportunidad de que me dieran una casa por mi trabajo y entonces nos casamos. Yo tenía 22 años. Fue hasta nuestra luna de miel que él me confesó tener “problemas con el etílico”. Cuando se dio cuenta de que yo no entendía qué era el etílico, me dijo: “Milito en un grupo de AA”.  Yo no supe qué hacer. ¡Me había casado con un alcohólico!!! Y entonces empezaron a tomar forma cosas, como por ejemplo que un día que Jesús me llevó a casa de sus amigos a una reunión, le ofrecieron una copa y él dijo “No, gracias” y ante la contestación una de sus amigas me dijo: “No te confíes de Chuy ¿eh? No le creas que no bebe, pues se bebe hasta el agua del WC”.
Ella prosiguió con su relato:
-Durante los primeros 4 años de nuestro matrimonio padecí mucho porque Jesús asistía a juntas de Alcohólicos Anónimos frecuentemente y a mí me avergonzaba profundamente eso. Su carácter era esquivo y evasivo, y su desempeño sexual era además malo e infrecuente. Sufre eyaculación precoz. Siempre la ha padecido. No sé por qué lo extraño tanto si la verdad no estábamos bien casi nunca. Además, desde los primeros meses de nuestro matrimonio supe que era infiel. Me llamó alguien de su oficina para decirme que me engañaba con Noemí. Una compañera de su trabajo. Pero esa apenas fue la primera de sus infidelidades. Realmente no sé por qué estoy tan mal. Sé que estoy mejor sin él pero no puedo estar sin él. Es que me duele que mis niños crezcan en un hogar sin un papá. Como a mi primera hija ya la dejé sin eso, no quiero que les ocurra a mis otros dos niños. Además, si Jesús que me conoció sólo con una hija y es alcohólico e infiel YA NO ME QUIERE, ¿quién que no sea alcohólico me va a querer con tres hijos? 
Su razonamiento parecía muy lógico. ¿No? Y entonces le pregunté sobre su infancia. Ana me contó:
-- Mi madre es hija de un alcohólico. Su madre murió cuando ella nació. Desde pequeña ella tuvo que hacerse cargo de sus once hermanos, producto del matrimonio de su padre con su nueva esposa. Una mujer apenas 10 años mayor que la madre de Ana.  Mi madre cuenta que mi abuelo llegaba borracho y las golpeaba a su madrastra y a ella. Mi mamá se hacía cargo del quehacer y el cuidado de sus hermanos desde pequeñita debido a que su madrastra trabajaba en el taller de fundición del marido y dejaba a los niños a cargo de la madre de Ana, cuando ella apenas podía sostener el peso de alguno de los niños debido a que tenía un hermanito enfermo a causa de fiebres mal tratadas que le provocaron algo así como un retraso mental.
-- Mi madre cuenta que mi abuelo la castigaba poniéndola sobre un montón de arena para construcción cada que ella reprobaba un año escolar, que la golpeaba con una cuerda mojada y que la hizo trabajar desde los 12 años para que contribuyera con los ingresos de la casa. También padeció abuso sexual por parte de un tío de ella. La verdad que la historia de mi madre es muy triste.
Continuará...

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