Si además de la música perfecta,
ese hombre o mujer ofrecen la oportunidad de recrear el dolor de infancia nunca
superado, resulta irresistible para nosotros no aceptar esa invitación a la
pista. Analicemos esto más detenidamente.
Si un niño ha sido expuesto a un
dolor, éste niño o niña buscarán en la adolescencia y la adultez buscar la
situación ideal para repetirlo y superarlo.
Y entonces, sucede. Un mapa
errado encuentra otro errado también, pero tan complementario que parecen dos
piezas del mismo rompecabezas. Los
patrones emocionales disfuncionales de uno bailan a la perfección con los del
otro.
Un ejemplo más: La historia de
Ana. Llegó un día a uno de mis grupos psicoterapéuticos “Aprendiendo a amar de
nuevo” en el Centro VL para empezar con su educación emocional. Como muchas de las personas que asisten,
después de esa primera sesión y elegirme como su terapeuta, vienen a una sesión
individual conmigo, para contarme el problema que las hizo buscar ayuda. Ana es
una joven de tez apiñonada, ojos castaños y una sonrisa clara y contundente,
que esconde muy bien lo que ocurre en su interior. De cabello castaño y rizado
y de complexión delgada. Con apenas 33 años. Y también había profesionalizado
su dependencia emocional: Era psicóloga.
Continuará...
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas hacer algún comentario, por favor visita mi página en Facebook: http://www.facebook.com/codependencia