Son codependientes (o co-adictos)
aquellas personas que han vivido con alcohólicos, drogadictos, jugadores,
comedores compulsivos, fanáticos del trabajo, del sexo, criminales,
adolescentes en rebelión, neuróticos u hombres violentos durante algún tiempo
prolongado.
LA DEPENDENCIA ES UNA MANERA DE
SATISFACER NUESTRAS NECESIDADES QUE NO SATISFACE NUESTRAS NECESIDADES.
Se hacen cosas incorrectas por
los motivos incorrectos. ¿Se puede cambiar? ¿Se aprenden conductas más educadas
emocionalmente hablando?
Cuando tú cambias lo que tú piensas, tú
cambias lo que tú haces. Y puedes aprender a hacer las cosas de otra
manera. Se puede cambiar.
Dar una respuesta diferente al mismo estímulo. La mayoría de la gente quiere
estar sana y vivir sus vidas lo mejor posible. Pero no saben actuar de otra
manera. No saben qué hacer. La mayoría de los dependientes emocionales y de los
co-adictos o codependientes han estado ocupados respondiendo a los problemas de
otras personas y no han tenido tiempo para ocuparse de sus propios problemas.
Ahora hablemos desde la otra
parte, ¿qué pasó con Jesús? Algo que Ana me dijo un rato después es que Jesús
había dejado de beber 4 días antes de encontrarla nuevamente, 8 meses después
de la boda de su amiga. Apenas 4 días. Quizá Jesús, adicto al fin, sustituyó
una droga por otra.
Finalmente, Ana podía parecerle
un respiro en su carrera hacia la autodestrucción. DURANTE UN TIEMPO, parecía
que ella podría alejarlo de los estragos del alcoholismo. Que sería capaz de
alejarlo de sus terribles fantasmas. La actitud aparentemente protectora (pero
realmente controladora) de ella en realidad sirvió para prolongar el tiempo en
que Jesús años después pudo reiniciar su actividad alcohólica prolongando las
consecuencias: al protegerlo, reconfortarlo y brindarle una familia que Jesús
nunca había tenido, siendo hijo de una madre casi cuarentona y soltera que
“sólo había buscado un hombre guapo porque no quería encargarse de atender a un
hombre y sólo quería tener un hijo para no sentirse sola”.
Un adicto no busca
quien lo ayude,
busca a alguien con
quien pueda seguir enfermo.
Gabriela Torres de
Moroso Bussetti
Ana fue perfecta por unos años,
hasta que Jesús enfermó tanto que ni siquiera ella pudo deshacer el nudo que él
estaba haciendo. Básicamente, un adicto no se ama. Es incapaz de amar. Y Ana le
pedía “peras al olmo”.
Además, cuando una persona ha
estado por un largo periodo de tiempo ingiriendo alcohol o drogas y luego deja
de hacerlo, puede pasar incluso un año para que la química de su cuerpo se
corrija y esa persona pueda responder sexualmente de forma normal. Lo contrario
también puede darse. Se puede desarrollar un impulso sexual excepcionalmente
intenso en el adicto recién recuperado, quizá debido a un desequilibrio
hormonal. O bien la razón puede ser de origen emocional.
De cualquier forma, la
recuperación de la adicción y la co-dependencia (o co-adicción) que padecía Ana
es un proceso extremadamente difícil. Aunque sus pasos y ritmos combinaran tan
bien.
Para sobrevivir como pareja en
ausencia de una adicción activa, deben aprender a recorrer su propio camino
cada uno y ser sostenidos por sus propios pies. Cada uno debía mirar hacia
adentro y abrir lo que por tantos años trataron de evitar bailando juntos.
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