Nuestro paradigma del amor
Las cadenas que más nos oprimen son las que menos pesan.- Robert Browning
Etimológicamente, la palabra “Paradigma” es para=junto y deigma=modelo, ejemplo, mapa. Significa modelo o patrón, y en el campo de la psicología paradigma se refiere a toda idea, pensamiento, o creencia incorporada generalmente durante nuestra primera etapa de vida que se acepta como verdadera o falsa sin ponerla a prueba posteriormente. El mapa de un territorio.
Y aunque “el mapa no es el territorio”frase fue acuñada por Alfred Korzybsky (Science and Sanity, 1933), y fue usada por él como metáfora para explicar cómo el lenguaje constituye un mapa usado por las personas para representar la realidad que perciben, sí nos da una representación del mismo y si el mapa es incorrecto…
Es muy probable que tú, como la mayoría de los pacientes que acuden a mí, buscando ayuda para salir de sus relaciones dependientes, provengas de una familia disfuncional de origen.
Como ya lo escribí antes, una familia disfuncional es aquella donde los miembros tienen roles rígidos, donde la comunicación es realmente pobre o inexistente, donde no existen las reglas, donde hay conflictos pero nunca se expresan o se reconocen (y menos se habla abiertamente de los mismos), donde los padres tienen conflictos constantes o no se hablan por periodos prolongados (aunque reconozco que cada vez más frecuentemente mis pacientes con problemas de relación me refieren haber tenido una familia aparentemente funcional de origen), y en donde la orfandad emocional o física empujan a quienes integran esa familia a sentir mucho dolor. Dentro de ese paradigma ¿cómo no vincular el amor con la violencia (por lo menos) pasiva?
¡No es que pensemos o creamos que eso es amor, -aunque algunos sí- pero es que no conocemos un paradigma diferente!
Después de todo, nuestros padres nos aman, ¿no? Y entre ellos también se aman ¿no? y la verdad… a veces o no se hacen caso o no están juntos. Y nuestra madre se la pasa quejándose de nuestro padre o de la pareja que tiene pero nunca cambia de pareja. ¡Y nuestro padre quizá igual!
Si somos honestos, debemos reconocer que nos sentimos atraídos por personas que han vivido infancias difíciles y que han sufrido mucho. Y es ahí donde pensamos que “somos necesarios”. Y especialmente en el caso de los varones que están leyendo esto, si la primera mujer desvalida y sufrida que los necesito (y que los entrenó bien para relacionarse con determinado tipo de mujer) fue su propia madre, ¿cómo no buscar lo conocido?
Mujeres desvalidas y que necesitan ser protegidas.
Porque esos niños, hijos varones de madres dependientes y desvalidas fueron educados para que los necesiten -pero quizá no para que los amen- las mujeres con las que se relacionarán en el futuro.
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