¿Quién soy?
Si
no te es fácil contestarte esa pregunta, tienes en tus manos el libro correcto. Sigue leyendo por favor.
Me
he percatado a través de mi práctica clínica y psicoterapéutica que las
personas que desarrollan algún tipo de dependencia tienen un denominador en
común: un sistema familiar con conductas mal adaptativas como una manera de
protección.
Estos
son algunos de los denominadores comunes que predisponen a desarrollar una
personalidad dependiente. Dentro de
estas actitudes mal adaptativas están:
La sobreprotección la cual
crea una falsa responsabilidad por la seguridad de los demás, llevando así a la
persona sobreprotectora a realizar acciones por otros como mentir, negar,
proveer aun cuando no se tenga la edad para esto.
La necesidad de control y el ejercicio de la manipulación
porque controlar a otros crea la falsa ilusión de que puedo lograr cambios en
la persona de mi interés, las personas controladoras ejercen control y por
tanto manipulan de diferentes maneras a otros como puede ser a través del
silencio, corrigiendo, compitiendo, retando, etc.
La necesidad de “rescatar” es decir, la necesidad de resolver problemas a los demás, aun cuando las
personas no tengan nada que ver con las circunstancias o el problema en sí.
La pérdida de contacto con uno mismo y
es aquí donde se renuncia a las propias necesidades, y no se distingue hasta
dónde y hasta cuándo le corresponde a la persona actuar con otro. Son las
personas que dicen sí a todo y no pueden decir no, o aquellas que hacen cosas
muy a pesar de su necesidad o deseo.
Baja autoestima ya que por temor al rechazo o
al abandono, el individuo está dispuesto a hacer o dejar de hacer cosas para
agradar a otros o que no le abandonen.
No hay reglas definidas en la familia y no ponen límites y
permiten en sus vidas gente intrusiva que les invada, "aguantan" todo
aunque el precio sea elevado.
·
Principios y valores inexistentes
·
Secretos y mala comunicación
·
Algún miembro de la familia
adicto
·
Abandono físico o emocional de
alguno de los padres
·
Divorcio
·
Abuso físico, psicológico o
sexual en la infancia
Como
puede observarse, el origen no es sólo uno.
Cierto que nadie puede hacer que
el otro cambie, sin embargo si uno de los miembros de la familia cambia, la
dinámica de la relación familiar cambia.
Finalmente
la persona que se ha instruido a nivel emocional tiene un mapa que indica: Yo
soy responsable de mis pensamientos, mis sentimientos y mis acciones; mientras que la persona no educada
emocionalmente tiene un mapa bien diferente. En él se lee claramente: Soy responsable de tus pensamientos, de tus
sentimientos y de tus acciones, y tú (el otro) eres responsable de mis
pensamientos, de mis sentimientos y de mis acciones. Y como podemos suponer, el
mapa incorrecto, nos conduce siempre al lugar incorrecto. Por eso es tan
importante tener el mapa correcto en el equipaje.
Capítulo 2
Gabriela Torres de Moroso Bussetti
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