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Amas apasionadamente?


Y tú, ¿Amas apasionadamente?

Sería bueno te preguntes esto. ¿Amo apasionadamente? Y aunque lo dudes, la respuesta es sí. Definitivamente sí. Aunque no te hayas dado cuenta. Y después de esto, que muy honestamente reflexiones qué significa para ti amar de esta forma, qué pagos has pagado por ello y si ese mapa te sigue funcionando.
Significado de la palabra “pasión”
Aún recuerdo esta escena de mi propia infancia: Fin de semana en casa de mi abuela paterna. Mis padres me habían dejado por petición mía debido a que mi tía “Muñez” está de visita en la ciudad (semana santa del ‘73 ó ‘74) y trae a mis primos, Sergio, Memo y Tavo con ella.
Típico: Es viernes santo y la televisión transmite la película “La pasión de Cristo”.  Yo tengo 7 u 8 años. Y en la escena en la que Jesús  está recibiendo –no sé cuántos, pero muchos– latigazos pregunto en voz alta a los adultos que hacen sobremesa en el comedor:
-“¿Por qué le hacen eso?”
Y la respuesta –contundente y sonora en toda la sala- de mi abuela:
     -“Porque Dios envió a su hijo Jesucristo y dejó que le hicieran todo eso por amor a nosotros.”
      ¡Ops!!!  ¿Cómo puede ser el paradigma del amor en una sociedad que vanagloria y enaltece al que sufre por el otro?
Y no hablemos de las películas de las heroínas de todas las víctimas en latinoamérica: Libertad Lamarque y Sara García con las que crecieron nuestros padres y abuelos -y de paso algunos de nosotros en los 70´s-.  Así, ¿o más obvio?
Pasión es una palabra que deriva del latín y quiere decir sufrimiento (¿A poco?).  Como concepto, pasión es una inclinación hacia alguien o algo excesiva y exclusiva. A esta emoción la acompañan siempre sufrimientos, desengaños, tormentos e ideación fija. Con la pasión el equilibrio mental se trastoca y uno se implica en cualquier decisión que incluya el objeto pasional.

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